Santa María del Naranco

Las siluetas de Diana, Carolina y Lorenzo delante de la iglesia de Santa María del Naranco. Oviedo, julio de 2018. ©Miki López/LNE
Una noche en el Naranco
Carolina, Diana y un servidor, tuvimos la suerte hace ya casi un año, de disfrutar de una visita nocturna a la iglesia de Santa María del Naranco. Nuestro guía fue nada menos que el profesor Lorenzo Arias, todo un experto en arte prerrománico que transmite sus conocimientos con pura pedagogía.
La iluminación monumental de Santa María rompe la oscuridad del Naranco en una cálida noche de verano. Lorenzo se mueve con soltura al alrededor del edificio mientras nuestras preguntas brotan a cada paso. Curiosidad de inmediata respuesta que nos traslada un lejano siglo IX. Lorenzo nos explica lo que la propia estructura de la construcción hace intuir.
Aula Regia
Por aquel entonces, Santa María del Naranco, no tenía la función de iglesia que hoy le atribuimos.. Era un aula regia de la corte Asturiana. Una especie de baluarte espiritual de la sociedad cristiana, heredera del desaparecido reino visigodo, que se resisitía al tremendo poder de los musulmanes guarnecida tras la casi inexpugnable cordillera cantábrica. Esta construcción palaciega sería algo así como el salón del trono del reino asturiano en época de Ramiro I, una estirpe continuadora de la monarquía que el rey Pelayo había liderado desde Cangas de Onís a finales del siglo VIII.
Y entre reyes y simbologías cristianas terminamos aquella noche de verano sobre la ladera de un monte que hoy, igual que hace 12 siglos, sirve de balcón a una ciudad que rebosa historia por sus cuatro puntos cardinales.