Mercado de Alcabala
Mercado de Alcabala
En Asturias somos víctimas de lo pintoresco. Seguramente no es una característica exclusiva de nuestra promoción turística, pero es cierto que lo hacemos todo como si de un menú de McDonalds se tratara.

Mercado Alcabala de las fiestas de San Agustín de Avilés. 26 de agosto de 2019. ©Miki López
Llevamos varios años disfrutando del Mercado de Alcabala de las fiestas avilesinas de San Agustín, una teatralización de aquellas ferias de mercaderes que concedieron los Reyes Católicos y que bien poco deberían de tener en común con esta nueva atracción del inmenso parque temático asturiano.
Aromas a especias
Bisutería, asados y salchipapas servidas por artesanos y comerciantes ataviados con sayales y diademas de cuero que se mueven con soltura entre aromas a especia, pulpo cocido y fritanga de patata.
Suenan gaitas (curiosamente gallegas) y tambores dando compás al murmullo del gentío que avanza lentamente entre los arcos de Rivero.

Mercado de Alcabala de las fiestas de San Agustín en Avilés
La gente se amontona delante de los expositores de marroquinería. Un artesano ajusta una pulsera de cuero a una chica mientras le da consejos para que el nudo no se afloje. Un poco más arriba, una cola de hambrientos se forma ante la sartén de un cocinero que fríe patatas en aceite de oliva.
Una sonrisa difuminada
Un montón de cadenas de acero cuelgan de una barra en el interior de uno de los puestos. Tras ese velo metálico distingo el dulce rostro de una chica que sonríe mientras atiende a sus clientes. Disparo la cámara enfocando a las mallas que sostienen sencillos colgantes, sabiendo que la verdadera esencia de todo este decorado esta más allá de aquella sonrisa.