La barca

Barca en seco. Castropol.©Miki López 2006
La barca
La barca tenía más de 50 años pero parecía nueva. Cuando llegaba el verano aprovechaba para vararla en seco y limpiar minuciosamente el casco moteado de algas y musgo. Con cuidado, pasaba la espátula para limpiar la madera y levantar los restos de pintura de mil colores que se fueron acumulando a lo largo de los años.
Después daba una primera mano de pintura roja que remataba con los perfiles blancos que remarcaban la borda. Con trazos alargados de brocha gorda, daba una espesa capa color al casco que volvería a subir y bajar al ritmo de miles de mareas, chapoteando suavemente en la eterna tranquilidad de la ría. Huele a salitre, algas y pintura. El olor vivo de la vida junto al mar. Que maravilla.