El muelle de San Juan

Muelle de San Juan al atardecer. ©Miki López
El Muelle
El muelle vacío espera la llegada de los barcos. La bahía de Salinas suele llenarse de cargueros de pabellones de medio mundo. Esperan la llegada de la marea que les permita adentrarse en la ría y amarrar en el muelle de San Juan de Nieva, un pueblo que terminó devorado por la propia actividad portuaria que le había dado tanta vida.
La vieja iglesia es lo que queda de aquel pequeño puerto de aire norteño, con posadas, fondas y hoteles que daban servicio a marineros de mil nacionalidades. Todo aquello fue desvaneciéndose dejando atardeceres vacíos de horizontes industriales en los que aquellas casas tradicionales ya no forman el skyline de la ría de Avilés.
Fueron sustituidas por las mismas grúas que poco a poco las sepultaron bajo las montañas del tiempo.